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dos mil veinte

Feliz año nuevo, descorchamos el cava, brindamos por lo que vendrá y a las doce y cinco las campanadas ya parecen irreales, cosa del pasado como cada 1 de enero, y a la una de la madrugada ya hemos gastado una hora del año que acaba de empezar, y ceno con la cara lavada, después me maquillo, al final no salgo, el plan se desmorona en el último minuto y no sirvo para aparecer sola en el bar; a la cama pronto, hablo con una amiga que está como yo, y nos reímos, madre mía, Nochevieja y ya entre sábanas, qué frío hace siempre en Salamanca en esta fecha, amanece y la luz es azul, gélida, el suelo cubierto por la niebla, enero es eterno, larguísimo, el pobre sólo nos protege del año que vendrá; en febrero busca la sombra el perro, dicen, y visitamos Aranjuez, el día es bonito, veinte grados y sol, brilla el Tajo y cruzamos un parque lleno de ocas, y sólo es una gripe, lo decimos porque no sabemos, pánico general, la gente arrambla en Mercadona buscando papel higiénico, ¿esto es en serio?, no lo parece, nos reímos y circulan los memes, y hasta el 11 de marzo, la fecha maldita, hacemos vida normal, entonces llega el verdadero miedo, esto no para, y tres días después nos encierran en casa, noticias que asfixian, aplausos que marean, banderas e himnos que intentan resignificarse sin resultado, veo pasar mis meses favoritos desde la ventana; marzo con el cambio de hora, abril con el recuerdo de la Semana Santa; mayo, mi mes favorito, el preámbulo del verano, el mes en que Madrid está más bonita, y hasta el día 25 no volvemos a salir a la calle, cae una tromba de agua de esas que huelen a calor, pero ya no es igual, enero parece tan lejano, aquellos primeros cinco minutos de 2020, a mayo lo sigue junio y después de aquel va julio; el verano azul y naranja que siempre me gustó tanto este año es triste, incierto y ansioso, me dan miedo los meses que se van volando, me he quedao flaquita de esperarte tanto, y ya estamos en agosto, quién lo diría, se pasa en un suspiro, agosto, el mes de las verbenas sin verbenas que valgan, los días cada día son más cortos, las noticias más agoreras, la pena más y más grande, 2020, el año más corto y a la vez más largo que hayamos conocido, y ya es septiembre, el enero del otoño, que también huele a comienzo, y todos esperamos que en esta ocasión sea un principio con tintes de final.

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